jueves, 6 de agosto de 2009

¡Los libros tienen cola! (o sobre booktrailers)

Poca gente disfruta de ir al cine y llegar temprano para ver los “avances” o, como normalmente se los llama “colas”, de las películas que se van a estrenar. Uno aprovecha para ir al baño, comprar algo para comer (en mi caso no pochoclo porque no aguanto el crunch crunch que se escucha en la sala durante toda la película) y si no queda más remedio, se pone a examinar (es decir, criticar mentalmente o en voz alta) a todo el resto que está ahí, preguntándose cuánto falta, o si convendría ir más adelante, más atrás o más al medio. Las colas igual venden, y mucho. No creo que nadie se haga el inocente y diga que nunca se ensartó con algún bodrio porque la cola estaba buenísima...(hmm da tanto para el doble sentido esa frase...). Bueno, las colas ahora llegan a los libros, y se las conoce por su nombre en inglés “booktrailer”. Traduzco la definición de Wikipedia: “Un booktrailer [o la “cola” o “avance” de un libro] es una publicidad en formato de video para un libro, que utiliza técnicas similares a las que se emplea en las colas [o trailers] de las películas. Circulan por televisión y por internet en los formatos de video más comunes.” Acá les pego el primer booktrailer que se proyectó de manera pública en una convención:



Es del 2003, o sea, que hace rato que este tipo de publicidad anda dando vueltas. Pero fiel a mi estilo “caída del catre”, yo recién me enteré hace unas semanas, ahí me puse a investigar un poco. Como ven, se parecen mucho a las colas de las películas. En algunos foros la gente se indignaba, que era otra manera de que lo audiovisual le ganara a la lectura, que se perdía la magia, que anticipaban mucho, etcétera. También les irritaba bastante ese medio de promoción que les parecía tan burdo. Yo no creo que se acabe el mundo, la verdad, y no me parece mal que se promocione la literatura con otros medios que las críticas en los diarios (igual esto amerita otra entrada sobre literatura y mercado, creo). Pero como todo, depende mucho de la calidad con la que se lo haga. Por ejemplo, sí me resulta molesto que me muestren al protagonista, porque entonces ya te generan una imagen puntual, y ¿no era que la gracia de la literatura es que te permite armarte tus propias imágenes? Queda claro que, igual, ese tipo de libros, con perdón de la buena de Christine Feehan, no se preocupan por la sutileza literaria. Ahora, el estilo varía. Por ejemplo, les pongo otro que también adscribe al género que yo llamo cariñosamente “yankee trash”



Acá al menos no se ven los personajes, se sugieren imágenes y demás pero sin definirlas mucho, y está presente la voz de la autora. Es decir, incluso en libros que no parecen destacarse por su sutileza se puede usar la cola sin coartar la libertad del lector de imaginar lo que se le cante (en honor a la verdad uno siempre se puede imaginar lo que se le cante, pero al menos no hay que hacer el esfuerzo de borrarse imágenes ya dadas).
Los estilos de booktrailer varían bastante. En algunos se enfoca al autor/a leyendo pedazos, desde distintos ángulos, supongo que para darle “dinamismo”. Sí, un embole. Ojo, no es como por ejemplo en “Cuento mi libro” (está en la lista de enlaces), porque ahí es otra cosa, es una entrevista al autor, te cuentan cosas y después leen un pedazo. Ahí el concepto es otro y a mi entender funciona bárbaro. En el caso de los booktrailers que son sólo el autor leyendo y por ahí haciendo algún comentario, me dan la sensación de que no son ni chicha ni limonada. Es más, me parecen tan aburridos que ni pienso pegar uno.
Si quieren ver una opción más nacional, sería la cola de “Ese verano”:



El concepto ahí es otro, no se busca explicar el argumento, ni nada por el estilo, es una selección de partes en off, e imágenes asociadas... A mí no me resulta muy sugerente la verdad, pero como concepto creo que lo prefiero a los anteriores. Y después, están los infaltables, lo que van al impacto, idea general, y aquí está el libro, como éste:



Claro, es fácil también, ¿no? Sangre y Stephen King, ya está, ¿qué más hace falta para vender?
Creo que los booktrailer llegaron para quedarse y pelearse con ellos es inútil (y eso que yo tengo predilección por resistirme a la tecnología), el secreto está en poner lo audiovisual al servicio de la literatura y no al revés.

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