miércoles, 30 de diciembre de 2009

La escritura NO es una profesión

Se considera que la escritura es una profesión y yo no creo que lo sea. Para mí, quien no necesita ser escritor, quien considere que puede hacer alguna otra cosa, debe hacer otra cosa. La escritura no es una profesión sino una vocación para la infelicidad. No creo que un artista pueda alguna vez ser feliz.

Georges Simenon




viernes, 25 de diciembre de 2009

La navidad y los libros

J. no tuvo mejor idea que decidir que sí iba a hacerle algún regalo a su familia el mismo 24 de diciembre. Si no recomiendo nunca un shopping, mucho menos en esa fecha. Al menos la decisión era regalar sólo libros, así que encaramos hacia la librería. Ya sé que Navidad es la fiesta del consumo por excelencia, que muchos le compran cualquier cosa a alguien que detestan porque no quieren quedar mal, etcétera. Pero de todas formas, ver la cola larguísima para pagar en la librería, aunque me hiciera mirar el reloj cada cinco minutos, me resultó más que estimulante. Debo estar entrando en el 2010 con mucho optimismo, porque no paro de encontrar señales de que al menos cierto interés la gente sigue sintiendo por los libros. Y no, aunque no lo crean, no todos iban detrás del último bestseller o de la biografía de algún famoso.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Los distintos tipos de concursos literarios:

Todos participamos, desde los nóveles a los consagrados. Sabemos que no son todos iguales, ni nos importan todos por igual. Acá va una aproximación a una lista definitoria:
  1. El prestigioso: puede dar algo de plata (aunque en general no mucha), pero uno lo elige porque da prestigio. El jurado suele ser bueno o al menos serio, uno leyó los que ganaron antes y parecen tener idea de lo que hacen, y por sobre todas las cosas, nos da la fantasía de que con la rúbrica de “Premio X 20...” el libro no se va perder en los estantes de las librerías.
  2. Boleto de lotería o el Gordo de Navidad: básicamente el opuesto al anterior, da plata, mucha plata. A uno ni le importa si el jurado es analfabeto, manda con la misma mentalidad con la que compra un boleto de lotería: por ahí me salvo... Ganarlo resulta tan sorpresivo como ver que salen todos los números del billetito.
  3. El “por favor, por favor, por favor”: ese es al que uno manda cuando viene con la identidad baja. En otro momento no gastaríamos la tinta y el papel, pero necesitamos desesperadamente un poco de aprobación... No salir ni de finalista es un pasaje directo a un cuadro depresivo, acompañado del mantra: “dejo la literatura, dejo la literatura....”

martes, 22 de diciembre de 2009

Cuando te coman las ganas de publicar...

Recuerda que siempre hay buitres dando vuelta y no hay que pecar de ingenuo. O en palabras de Martín Fierro: “al que nace barrigón...”.


Condenado por estafar 3.437 euros a una escritora novel con su primera obra

Ahora, digo yo, si el nombre de la editorial era "Jamais", algo debería haber despertado sospecha, ¿no?

lunes, 21 de diciembre de 2009

La noche de las librerías

Cuando llegue a la calle Corrientes y finalmente pude entrar en la parte que era peatonal, entre los bocinazos y los gritos de los conductores, lo primero que pensé fue: ¿para esto cerraron Corrientes? Es cierto que había estado el temporal, es cierto que había cierta llovizna en ese instante, pero la verdad que la imagen era triste, como una marcha a la que no fue nadie. El panorama cambió cuando entré en la primera librería: la gente estaba donde tenía que estar, con los libros. A mí, aunque el gentío suele desesperarme y me hace huir despavorida, me sigue conmoviendo ver que la gente acude en masa cuando hay ofertas culturales interesantes. Ya sé lo que me contestarían los cínicos de siempre: ¿cuánta de esa gente lee el libro que compra?, ¿cuánto de los libros que se compran son “buenos” o “literatura”?, ¿dónde está esa gente el resto del año? Sí, la gente lee poco y tiene esa mala costumbre de leer cosas que para muchos de nosotros no son “buenas”, chocolate por la noticia. Pero me parece que hay que ir más allá de nuestra necesidad de que el resto del mundo se comporte como uno quisiera. Me parece que ya el hecho de ir, el hecho de gastar su dinero en libros, incluso si es por mero snobismo, es algo. Parecerá tonto, pero al menos que leer siga siendo considerado un valor del cual estar orgulloso, incluso si es un poco hipócrita porque de cada diez libros comprados se leyeron dos, es para alegrarse. No recuerdo a quién le escuché decir eso de que antes se vendían libros por metro para decorar, porque daba estatus tener una biblioteca aunque no se leyera ni el diario, ¿ahora quién gasta el valiosísimo espacio de pared en eso? No digo que volvamos a un culto hipócrita del libro, pero yo soy de la opinión de que una persona que lee, aunque me parezca una reverenda porquería lo que lee, es para alegrarse. Si el hábito o al menos cierta costumbre de leer está, se puede ir cambiando los “gustos literarios”, se puede pasar del eterno bestseller del verano a algún clásico, a ir más allá de lo que está de moda.

No voy a decir tampoco que la Noche de las Librerías fue la panacea. Había ofertas, sí, y me volví a casa muy contenta con mi botín, pero la verdad que son las ofertas que uno siempre encuentra en Corrientes. Sería muy interesante si las grandes editoriales, por ejemplo, ofrecieran algún descuento especial esa noche, aunque más no sea el 10%. Claro, que fuera un descuento real, no como el de la Feria del Libro que suele ser, aumento un 20% y sobre eso te hago el descuento.

También es cierto que le falta publicidad al evento, casi como si al gobierno de la ciudad le diera vergüenza marcar que a veces, casi de compromiso, se acuerda de la cultura.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Este blog en la comodidad de su mail

Hablando con una amiga, ella se quejaba de que actualizo poco el blog, y que tiene que entrar y es una decepción cuando no hay nada. Su sugerencia era que mandara mail cuando actualizo. Ahí entendí que evidentemente a los botoncitos de la izquierda nadie le presta atención. Así que este post es para aquell@s despistad@s que creen que debería mandarles mails cuando actualizo: señoras y señores esa opción ya está. Si gustan mirar a su izquierda verán que tienen dos opciones: suscribirse por mail o usar el servicio de feeds, ustedes eligen. Los usuarios de facebook también tienen la opción de seguir este blog (en el recuadro azul, donde dice "follow") y los bloggers también pueden ser seguidores y ver la actualización de este blog en su escritorio (a ustedes, ya lo sé, no necesito explicarles nada).

PD: si usted justo intentó suscribirse cuando, por quejas varias, yo intentaba que el formulario aparezca en español y primero lo borré y después aparecía en francés, permítame decirle 1) Usted tiene mucha mala suerte, vaya a una bruja 2) Agradezca que al lado de "español" estaba "francés" y no "japonés" 3) Mis más sinceras disculpas.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Los escritores y la ética: esos caníbales de la realidad

El otro día estaba en una reunión familiar, y me comentaron la nueva tragedia de una parienta lejana; tan lejana que no se siente como pariente. La pobre tiene una de esas vidas que a uno le hacen pensar que el destino se ensaña con alguna gente. Lo curioso es que ella es alegre y tira para adelante, si no te cuentan su historia, creerías que no tiene ninguna preocupación. Yo, con la mitad de las cosas que a ella le tocaron, habría tirado la toalla hace rato. Es lógico, entonces, que me resultara triste escuchar la nueva tragedia en curso y sin embargo, mientras escuchaba, poco a poco fui haciéndome una imagen de lo que me contaban e iba armando una historia. La buena mujer se me volvía un personaje y yo iba pensando cómo contaría lo que le pasaba.
Me acordé, inevitablemente, de un párrafo del ensayo de Aubrey Menen “The myth of English Literature”, en el que, después de definir a los escritores como falsos, traicioneros, borrachos, hipócritas, pusilánimes y demás virtudes, dice de él mismo, también escritor:

"Admito que si me invitaras a almorzar, te resultaría un tipo realmente agradable. Pero sólo porque no estaría trabajando. Si me llegara a interesar tu personalidad para alguna historia, me comería tu almuerzo y a vos también".

Y no pude evitar pensar en que es cierto, todos los que contamos historias somos caníbales. Pero a diferencia de Menen (no confundir con Menem, por favor), no creo que eso sea necesariamente malo. Aunque me generó cierto horror descubrir que de la compasión pasaba de manera automática a apropiarme de la historia, y eso que no pienso realmente hacer un cuento ni nada (sí, me da pudor, aunque ustedes no lo crean), aunque me sorprendió hasta qué punto transformar a alguien en personaje es para mí un mecanismo reflejo, después de pensarlo un poco, decidí que eso no habla de una deformación “profesional” que tenemos lo que escribimos y que nos hace menos sensibles a las penurias ajenas, sino más bien todo lo contrario. Yo creo que necesito convertir a mi parienta en personaje, no para alejarme, sino para estar precisamente más cerca. Para convertirla en personaje tengo que sentir lo que siente, imaginarme las situaciones desde su piel, y ahí, yo creo, voy mucho más allá de la mera compasión.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Cuando sean las siete en Nueva York

Un cuento mío publicado en la bonita revista chilena Litterae (no, no depende de la casa de correctores dirigida por la Dra. Zorrilla), y yo me enteré de casualidad.
Paseen y lean!
http://www2.udec.cl/~litterae/lubio.html

PD: sí, pusieron mi apellido mal, pero me suele ocurrir...